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Ni blanco ni negro

Nada es blanco o negro, ninguna situación per se es mala o buena, siempre se está dentro de una gama de grises. 

Todo lo que sucede solo es y cada quien tiene la absoluta libertad de mirarlo con su prisma personal, único e individual.

Lo que es importante para ti es muy probable que no sea importante para nadie más o que para otro sea importante desde otra forma, desde otra perspectiva.

Todo lo que vivimos y vemos lo interpretamos según quienes somos, lo que hemos aprendido, experimentado o sentido son elementos que inconscientemente se van transformando en reglas, creencias o sentencias las que nos hacen calificar automáticamente una situación.

Cuando logras entender que tu forma de ver la vida es única y que el otro no puede saber ni adivinar cómo yo estoy mirando la vida, ahí recién ahí, soy consciente que el otro también tiene su forma única de observar y evaluar, donde el otro tampoco es adivino de lo que yo pienso, siento.

En este punto es cuando yo entiendo la importancia de conversar y de tratar de expresar de manera sincera y lo más claro posible lo que me pasa, lo que veo, lo que percibo de mi o de los otros.

Poder encontrar las formas adecuadas para expresar lo que pienso y lo siento, nos ayuda a aprender a escuchar con calma, empatía y amor al otro, para que se logre generar un puente de comunicación virtuoso.

Nuestras palabras acompañadas de nuestras emociones construyen esos puentes que nos conectan con quienes nos rodean y entre más sinceros, comprensivos, abiertos de mentes seamos podremos construir puentes firmes que perduren en el tiempo.

Te invito a cuides de manera integral tus palabras, emociones y acciones para contigo mismo primero y para con los demás, para que así crees tu vida en el equilibrio que buscas.

 

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