Perder el tiempo
En la sociedad actual es mal visto “perder el tiempo”. No hacer nada no está valorado, incluso alguien que quiere descansar, busca maneras de estar ocupado en su descanso.
No hacer nada es un arte en donde te encuentras contigo, de frente, sin velos, donde te conoces pudiendo observar qué sientes, que piensas, qué quieres.
No hacer nada es encontrarse con la consciencia que eres y entender que eres más allá de este cuerpo físico.
No hacer nada no es ver televisión, no es leer un libro, no es salir a comer o a pasear.
No hacer nada es dejarse llevar por la observación de las sensaciones que te recorren, mirar la cantidad ridícula de pensamientos que emergen, sorprenderse con las historias que nuestra cabeza nos cuenta.
Solo así logramos ver la locura que tenemos internamente, las mentiras que nos contamos, sobre los supuestos que vivimos, que casi nunca son ciertos.
Algunos a no hacer nada le llaman meditar, para que suene a hacer algo.
Solo observar, contemplar, sin juzgar, sin calificar, escuchando que es lo que tú mismo te dices, dejando pasar el tiempo, pero estando plenamente en el momento presente.
Yo he aprendido a perder el tiempo, a sentir la dicha de encontrarme conmigo, conociéndome más y más en profundidad, para saber quién soy y crear quién quiero ser.
Porque si hay algo que nos da el no hacer nada es el regalo de contemplar nuestra propia evolución.