Tolerancia

En este viaje que estoy haciendo por Europa y que ya está llegando a su fin, en este último lugar que alquilé, no le acerté a un buen equilibrio precio – calidad. 

Tiene un precio que me pareció razonable, sin embargo la calidad … ¡Madre mía!

Después de rezongar un rato, mi primer pensamiento ha sido, faltan pocos días así que “lo tendré que tolerar”.

Y me quedé pensando en la palabra tolerar porque se me hizo muy pesada y buscando su etimología entendí por qué.

“Tolerar” del latín tolerare (llevar, cargar, sostener; soportar, tener la fuerza de carga o sostener)

¿Cuántas veces hemos decidido en nuestra vida tolerar situaciones y forzarnos a creer que está bien? Cuando en realidad lo único que hacemos es sufrir, además de traspasar ese sufrimiento a quienes nos rodean.

¿Por qué aguantar tanto? ¿Por qué creemos que siendo mártires hacemos lo correcto?

Cuando el destino del Ser es ser feliz, es crear en Amor, en perfección, trayendo bienestar a nosotros y por lo tanto a nuestro alrededor.

¿Por qué será que nos es más fácil contarnos historias que dan soporte a pasarla mal, a sufrir? cuándo podemos elegir contarnos historias que nos ayuden a salir adelante, a movernos más allá de nuestros límites para disfrutar de todas las bendiciones que se nos han dado.

Tanta creencia sin sentido, tan fácil que nos aparece “el no puedo”, “es muy difícil”, “es imposible”, en vez de darnos ánimos y decir “Yo puedo”, “será fácil”, “aprenderé rápido” y así.

Uno mismo se tiene que dar ánimos para poder avanzar, uno es responsable de su propia vida, uno es responsable de su propia felicidad.