El tiempo perfecto

Yo creo que la mayoría ha escuchado por ahí que todo llega cuando tiene que llegar, todo llega en el momento adecuado.

Sin embargo, parece ser que el momento adecuado nunca es el momento que nosotros creemos adecuado. 

Son pocas las veces que todo sale exactamente según lo hemos previsto.

Entonces, la mayoría de nosotros sufrimos los procesos de organización de cualquier cosa: un evento, una reunión, una puesta en marcha, una cita, etc.

Son pocos los que disfrutan y juegan durante el proceso, disfrutando el desafío de enfrentar lo que puede pasar, dejándose sorprender por lo que la vida depara.

La mayoría de nosotros somos demasiado serios, muy dramáticos a veces con cosas o situaciones que podrían ser muy simples.

Pero, nos gusta ponerle drama.

Todo es trágico, en cada momento de la vida el mundo se puede acabar, parece que nos vamos a morir en cada error que cometemos.

Cuando en realidad, no pasa nada… ¿¡qué aburrido no!?

Nos frustra no ser lo más importante del mundo, que la vida no gire en torno a nosotros.

Quisiéramos ser el héroe o la víctima, siempre pensando en que somos indispensables para el mundo.

Y cuando te detienes un momento te das cuenta que no es así. 

El mundo sigue girando, contigo o sin ti, la vida sigue fluyendo abriéndose paso, expresándose a través de cada ser vivo que pisa la tierra o algún mundo en este vasto universo.

Entonces, me pregunto ¿por qué no solo me dejo llevar? ¿por qué solo no disfruto todo lo que pasa?

No he encontrado aún la respuesta, aunque quizás puede ser que nos sentimos separados de los otros, separados del todo y no nos alcanza la consciencia para ver, sentir y vivir que es verdad que somos todos uno.

Hoy solo te invitaré a que mires ¿qué tanto disfrutas?¿qué tanto te amargas con tu vida? y que pienses si encuentras un camino para disfrutar cada día un poquito más.