Equilibrio

Sentirse en equilibrio mientras se vive puede ser algo desafiante.

Los cambios externos nos afectan, lo que otros dicen, lo que vemos, entre miles de cosas.

A veces es como estar en un viaje largo en un barco del 1800 en medio de una tempestad y otras veces puede ser un mar en calma.

Sin embargo cualquiera sea la situación, nosotros como capitanes de este barco tenemos la responsabilidad de navegar el barco y mantener a nuestra tripulación a salvo.

Como capitanes es nuestra responsabilidad conocer a la perfección el barco tanto como sus puntos fuertes como los débiles, para así saber qué decisiones tomar sorteando todas las dificultades de los diversos mares. 

Sin embargo, nuestra actitud frente al mar llamado vida es no hacernos conscientes del barco que usamos (cuerpo o vehículo físico y su mente) y preferimos dejarnos llevar, dejando que el mar hunda nuestro barco y que nosotros nademos con mucha dificultad, hasta que nos ahogamos.

Teniendo las herramientas, pudiendo darnos tiempo para trabajar en nosotros, para robustecer nuestra consciencia, nuestro cuerpo, preferimos dejarnos llevar por las masas y ser inconscientes de cómo vivir y vivir bien.

¿Por qué? ¿por qué evitamos hacernos responsables de nosotros mismos? ¿por qué preferimos evadirnos? Si el vernos, conociendo cómo funciona tu cabeza, por ende tu cuerpo y por extensión tu mundo, te ayuda solamente a ser feliz.

Te invito a que te observes, ponte frente a un espejo y mírate en detalle, cada parte de tu rostro, de tu cuerpo, tómate tu tiempo, ve qué pasa por tu mente ¿qué te dices? Finaliza el ejercicio mirando la profundidad de tus ojos ¿qué ves?

Y sea lo que sea que veas y te digas, termina el ejercicio abrazándote y sonriéndote, mira qué bien se siente. Ese es el punto inicial para que encuentres tu equilibrio.